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No es casualidad que Ducati tenga a cuatro pilotos en lo más alto de la clasificación general de MotoGP. Más allá de ser la fábrica con mayor presencia en la parrilla -8 de los 22 prototipos de este año salen de Borgo Panigale-, la marca italiana ha conseguido desarrollar una moto que resulta fácil y amable para pilotos de diversa talla y estilo de pilotaje, un éxito del que mucho puede presumir su director de competición, Gigi Dall'Igna.
El ingeniero italiano aterrizó en Ducati a finales de 2013, después de haber arrasado en 125 y 250 con sus magníficas y rápidas Aprilia RS, motos que dominaron en ambas categorías durante finales de los 90 y la primera década del 2000.
Dall'Igna parece estar viviendo, una vez más, un éxito sin precedentes que llega incluso a ruborizar a sus rivales, aunque en esta ocasión está todavía más orgulloso de los resultados de su fábrica porque, según ha dicho en una entrevista ofrecida al diario La Stampa, "en aquella época (125 y 250) teníamos menos competencia, sólo estaba Honda. Ahora hay muchos rivales, así que tenemos que estar muy satisfechos con lo que estamos haciendo".
Gigi ve ciertos paralelismos entre lo que está ocurriendo en el Mundial de Fórmula 1 con Red Bull y el clima que se vive actualmente en MotoGP, donde Ducati tiende a monopolizar la mayoría de podios desde el año pasado: "Ahora mismo estamos jugando ese papel, sí", dice en referencia a lo que está haciendo la escudería de Max Verstappen y Checo Pérez en la F1.
Dall'Igna siempre se ha caracterizado por ser un dirigente cercano y cálido son sus pilotos, tanto oficiales como satélites; para él, es imposible triunfar en MotoGP si no tienes detrás a un grupo humano unido y motivado, y esa fue prioridad cuando llegó a este box en 2014: "Les digo que tienen que estar orgullosos de lo que estamos haciendo, no es normal tener resultados así. Es algo que ocurre muy pocas veces, sobre todo en un campeonato tan competitivo como MotoGP. El mérito de obtener estos resultados es de todos, desde los pilotos hasta las personas que trabajan en Italia, los equipos, el personal de Ducati en los circuitos... todos trabajan al máximo, como auténticos campeones".
MotoGP ha vivido un cambio de tercio desde la pandemia de COVID19; las fábricas europeas han sacado la cabeza sobre las, en otro tiempo, todopoderosas marcas japonesas, y a día de hoy tanto Honda como Yamaha se están mostrando incapaces de sacar adelante una moto competitiva y que haga felices a sus pilotos.
A este respecto, Dall'Igna explica que "su error estratégico es haber seguido a un único piloto, es decir, basar el desarrollo de sus motos en los resultados y sensaciones del protagonista de cada fábrica, es decir, Fabio Quartararo en el caso de Yamaha y Marc Márquez en Honda", y aclara que "a menudo, lo que te dice tu piloto top, el que ha sido campeón, ni es la verdad porque tiene tanto talento que tapa los problemas que tiene la moto. Para desarrollar bien un proyecto hay que escuchar a todas las voces, a todos los pilotos".
Tener a ocho pilotos competitivos en MotoGP es un privilegio, pero también puede tornarse en un problema cuando la mayoría están luchando de tú a tú cada fin de semana por ser campeones del mundo. Gigi insiste en que él "quiere y respeta a todos mis pilotos, lo merecen, pero está claro que a final de año sólo puede haber un campeón. Lo importante es que la pelea sea justa, es lo que más me interesa".
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De hecho, el mandamás de Ducati Corse revela que su estrategia y la de su fábrica variará en función de lo que suceda en las últimas carreras: "Si uno de nuestros pilotos está peleando por el campeonato contra un rival de otra marca, haremos todo lo que esté en nuestra mano para ayudarle. Pero si llegamos a final de año en una situación como la actual, cada piloto Ducati tendrá libertad para jugar sus cartas", concluye Gigi.